31 oct 2010

Cazadores de Letras


  


   Cuidado con las mujeres. No es broma. Repito: cuidado con las mujeres y las palabras.

   Y sobre todo cuídense de las mujeres que usan las palabras como si (maldita sea) desde la primera vez que un mono pensante pronunciara un ruido estuviera pensando en ellas, creando el lenguaje sólo con el fin de que ellas, algún día, lo emplearan como nadie.

   Sobre todo cuidado con ella: Ana María Shua. O ellas: Ana, María y Shua. Múltiples mujeres que se disfrazan entre los espacios de estas letras, de animales, vegetales y minerales. Una mujer que combina palabras con el único fin de volverme loco, de hacerme comprender, de hacer que me enamore de cada signo tipográfico: de cada tipo…



   Tal vez ustedes piensen que no, que estoy loco, que ella ni siquiera conocía de mi existencia. Pero se equivocan, y mucho. Ella misma me lo advirtió hace tiempo; me dijo que Los Cazadores de Letras estaban aquí, y me invitó a huir con ella. Cómo no hacerle caso.

   Claro que huí, la seguí, fui tras ella, la busqué con la mirada perdida entre los espacios de cada uno de sus microrrelatos, rellenando los huecos que iba dejando, escribiendo «la punta visible sobre el imaginario del lector imaginario», a sabiendas de que, por más que uno intentara resistirse, acabaría por comprender que estaba condenado a leerla para siempre.



   Hay veces que consigo escapar un rato de las «pesadillas» de esta «sueñera» y me deslizo hacia eso que los demás se empeñan en llamar realidad y me permito reunir todas las letras que eso malditos cazadores pretenden secuestrar.

   Por eso, casi todo lo que escribo (ahora lo sé) no tiene demasiado sentido. Nunca lo ha tenido (siempre lo intuí) y ahora sé que mi labor consiste en esconderlas por cualquier sitio y quédense aquí y no se muevan, en seguida viene Ani y las vuelve a juntar, y todos volveremos a ser felices, como antes, como nunca, como siempre.

   - ¡Sí, ya voy! Acabo este cigarrillo y entro…

   Bueno, tengo que seguir. Era Ani, que sigue soñando que hay un tipo que escribe un texto en el que habla de un libro que está leyendo que escribió una tal Ani, en la que hay un texto en el que sueña que hay un tipo que. Sólo voy por la página 499 de estas «Minificciones reunidas» y debo continuar con mi labor de recolector de letras.

   Quedan advertidos. Cuidado con las mujeres. Cuidado con esta mujer. Cuidado.

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