11 abr 2010

Tras bambalinas


El pleito armó tal escándalo que los guardias tuvieron que calmarnos con macanas. Las mesas del comedor eran un campo de batalla, las charolas con comida volaban por todas partes, una para todas y todas para una, como los madrazos. Aquí cuando se arma la gorda, se arma. A los que comenzaron la bronca se los llevaron luego luego; seguro los van a meter al hoyo un rato, para que se chinguen. Anuncian por el sonido que tenemos que ir a nuestras celdas para el conteo. Muchas veces se aprovecha el caos para intentar alguna fuga. Es mejor estar seguros de que cada ratón esta en su ratonera. Mis cuates de cajón son todos unos hijos de puta. El Rulo se cogio a la hija de un juez: el suegro le achacó cargos de secuestro y le echaron veinte años; el Baldomero acuchillo a un informante de la judicial que se salvo de puritito milagro: le echaron quince. El otro chavo, el Cheto, es un escuincle caguengue como de veintitantos. Es más o menos nuevo, tiene aquí como diez meses. Se ve algo abanicado, siempre anda como perdido. Le late leer y ahora es el bibliotecario por que el viejo Luis se murió. Nadie sabe por qué esta aquí, y la verdad, me vale madres, pero me cae dos tres, cuando pasa con el carrito. Sabe tantito de mi vida y que también me late un resto leer. A cambio le doy un par de Delicados sin filtro,. Aquí todo se compra con tabaco o con sexo, no hay de otra.


Luego de contarnos nos sacan al patio de recreo. Por la virgencita que así le dicen, de a deveras. Algunos juegan fucho, otros se echan un pocarito. Yo me quedo con unos cuates en las bancas de la parte alta. Siempre observo a los demás, soy un vampiro de los que me rodean. Mi santa siempre dijo que a mí nomás me gusta andar chupando la alegría.


El Cheto viene arrastrando las patas, así como el camina siempre. Se sienta, con ese libro de pasta jodida que trae para todos lados. Estábamos a mitad de un chiste rojo del Rulo cuando al menso le da por hacer la misma pregunta idiota de todos los nuevos.


—¿Tú por que estas aquí? El Rulo se caga de risa.


—Yo no hice nada wey, soy inocente.¿Que no lo sabes? que aquí todos somos inocentes.


El Cheto se sienta junto a mí todo lacio, y así como no queriendo la cosa me pregunta:


—Y que, ¿tú también eres inocente?


—No, yo soy el único hombre culpable en Almoloya.


—Yo cuando estaba allá afuera leí una de tus novelas. Mi santa hasta veía la telenovela que hicieron. La neta no se qué haces aquí.


—Yo, mi chavo, estoy aquí por culpa de mi mala memoria.


—Tu mala memoria... Seguro eras de esos weyes que ganaban un chingo de lana, te codeabas con las estrellas. ¿Andabas con la protagonista de la telenovela no?


—Te digo, mala memoria.


—Supe que iban a grabar una segunda telenovela con otro de tus libros, pero ya ni supe si se hizo o no.


—No, me la cancelaron.


—Por eso estas aquí, ya nadie quiso darte chamba, te quedaste sin lana, e endrogaste a lo wey y no pudiste pagar.


—No Cheto, yo nunca me he quejado de nada, ni de nadie, solo de mi pésima memoria, por olvidarme de sacar la cabeza de un crítico del refri.


Lilymeth Mena ©


Votar esta anotación en Bitácoras.com

14 comentarios:

Alicia dijo...

Me encantó, me sentíi Papillón... felicidades Lily!

Julia dijo...

Jajajajajajajajajajaja! muy bueno,menos mal que entre nosotras media el Océano.
Bravo brava!

María Martín dijo...

Aunque tengo que leer vuestros cuentos con el Panamericano en la mano ( sí, la frasecita tiene tela , lo sé), si he entendido lo que debería , me ha gustado . Y si no , me ha gustado también , así que ni modo. :-D

Cristina dijo...

Lily, acabo de leer tu cuento y "tronca"..., "después de la fritada" de domingo que llevo, creo que dejaré mi comentario para otro momento, cosa que "te la traerá al fresco", supongo..., pero decirte lo primero que se me ocurre, como que "es tan local que aburre", tal vez no sea lo más oportuno :-)
Saludos a tod@s,

beatriz dijo...

Jajajajaja, no se puede estar en todo. A veces nos vamos por lo creativo y se nos olvida lo cotidiano. Muy divertido, Lily. Me gustó mucho cómo recreas el ambiente carcelario, aunque algunos giros se me escapan, pero una va aprendiendo. Para esto también sirve el curso. ;)

Toñi Ramos dijo...

Yo le puse el acento y todo para leerlo y me supo , me supo bien. Lo que me pareció más débil fue el final. Saludito , wey! (no sé si para el femenino vale)

LIlymeth Mena dijo...

Es divertido leer sus comentarios muchachos, me imagino que no hay que ser muy inteligente para suponer que si mi personaje es un REO MEXICANO, es imposible esperar que hable o narre como Shakespeare, como un ejecutivo puerto riqueño o una bailarina exótica de las vegas, por aquello de que “es tan local, que aburre” quizá si mi personaje hablara como presidente municipal de alguna provincia española o como Corin Tellado, a Cristina le habría gustado mas jajajaja, pero como no es ninguna de las personas antes mencionadas, pues el se encarga de hablar por si mismo, gracias al resto, son encantadores, les guste mi cuento o no, que para mi es lo de menos, se aprecian las criticas cuando son de buen gusto y con humor. Gracias.

Cristina dijo...

Puertorriqueño , no puerto riqueño. Y me faltó un acento en "más". Si es que una también es despistada (aparte de lerda :-)

Lilymeth Mena dijo...

Jajajaja no me ofende en lo absoluto, yo las comas y los puntos me los como por que me da la gana, y los que pongo de mas los pongo por que igual, me da la gana, gracias por tu trabajo extra, aunque dudo te den puntos. Y yo no le quito los títulos de nobleza a nadie. La que es grosera aunque se vista de seda. Buen provecho

Cristina dijo...

Buen cuento, Lily. Ni caso a la petarda esa que se cree que todo lo sabe. Para mí que ni lo leyó en condiciones, si no, no entiendo cómo pudo haber dicho esa sarta de tonterías. Saludos.

eduardosalas dijo...

Creo yo que es muy real en cuanto al modo en el que se conducen aquí las cosas, la gente con poder como en este caso un juez dañado en su honra, puede hacer lo que quiera con quien sea, guardar el detalle de la cabeza en el refrigerador hasta el ultimo momento me pareció un cierre extraordinario, lo del chico que arrastra los pies (quien no conoce a alguien así?) señorita quedo a sus ordenes.

Jo dijo...

Lily, está muy bueno. ¡Gran final!

María Martín dijo...

Juer, que el Cheto sascapao y tá en el cuento de Cris :-)

Lilymeth Mena dijo...

Si, se escapó buscando cabezas para llenar el refri de su amigo.

Publicar un comentario