Cuando era niño todo lo imposible era tan sencillo. Como meterme dentro de una pompa de jabón, tapar el sol con un dedo mientras estaba tirado sobre la hierba, dibujar siluetas con las nubes. Todo cabía en un jarrito; podía meter un universo completo en una cajita de cartón o dentro de uno de mis bolsillos. Era capaz de encerrar alguna maravilla formando una diminuta jaula con las manos. Ahora que soy hombre, mi mundo no ha cambiado. Sigo haciendo lo mismo que hacia entonces. Escribo microrrelatos.
5 comentarios:
Me encanta!!!
¿Tenía que ser hombre? ummm :-D
Lo escribí para Carlos. :$
Pues te ha salido de un moñas...:-P
Me ha encantado.
Publicar un comentario