Cuentos Chaparros, en colaboración con el programa de radio La Libreta y el Proyecto DeSgenerad@s, inicia la segunda temporada del concurso/taller "Micros en el Micro".
Para esta nueva edición, los temas sobre los que versará el taller y el concurso serán los géneros literarios.
Cada semana se propondrá uno y desde este blog y la web de La Libreta, así como desde sus respectivos perfiles de Facebook, se tendrá acceso a una breve introducción sobre dicho género y algunas pautas que nos puedan ayudar para la creación de nuestros textos.
Empezamos con la Literatura de viajes... ¿vamos?
La literatura de viajes no ha sido considerada como un género literario autónomo y, aún hoy, se discute si no es más que una subcategoría temática. En cualquier caso, género o subgénero, se ha venido cultivando desde la antigüedad, siendo las literaturas griega y la oriental sus máximas exponentes, desde La Odisea hasta Las Mil y una noches.
Tiene una capacidad de hibridación que nos hace
recordar al género del microrrelato, lo que significa que, a pesar de ser
tradicional no ha perdido la frescura ni el interés tanto desde el punto de
vista creativo como el del público lector.
Se adapta perfectamente a otros géneros pues su naturaleza
le permite amoldarse a ellos, tanto a los que están en desuso como el poema
épico hasta los habituales como el cuento, género epistolar, crónica
periodística, trabajo antropográfico, o puede combinar varios de estos en el
mismo relato.
Una característica fundamental en la literatura de
viajes es la intencionalidad autoral: quien pretende un texto de este tipo tiene
la clara intención de dar a conocer otros lugares, culturas y formas de
entender la vida y, en suma, compartir experiencias personales con nuestros
semejantes mediante el acto comunicativo de contar, de relatar y hacer
partícipes a los demás.
Aunque sea una simplificación es, en realidad, todo
lo contrario: podríamos decir que toda la literatura es de viajes, reales o
ficticios, exteriores o interiores y de la necesidad de compartir nace el arte.
Nos parece todo un reto combinar dos géneros que
nacieron en épocas tan distantes y, en principio, tan distintos sobre todo en
cuanto a la extensión porque generalmente asociamos la literatura de viajes a
densos volúmenes de memorias y el microrrelato, invariablemente, a la extrema
brevedad. Por eso la apuesta nos parece más atractiva: escribir un microrrelato
de viajes.
Como apuntes que nos pueden ayudar a la hora de la
creación queremos recordar el útil recurso de la intertextualidad recurriendo a
otros géneros, cuentos, libros, películas, a la mitología, la religión, etc.
Que nos permitirá introducir al personaje en pocas palabras.
También que este tema se presta especialmente a los
relatos en primera persona y, como siempre, a la ironía, el humor y la
reinterpretación de mitos.
Aprovechando la dificultad añadida de incluir una
gafa (lentes) en el microrrelato podemos trastocarla en una ayuda para convocar
a las musas (tan viajeras) y tener presente que, al final, como en cualquier
tema pero más en un viaje, es la mirada del viajero o de la viajera donde puede
estar la gran —y quizá única— diferencia entre un atlas, un mapa, una guía o un
compendio de geografía y un texto netamente literario.
¿Viajan con nosotr@s en cien palabras?
Bibliografía recomendada:
1. Homero, «La odisea».
2. «Jasón y los argonautas».
3. Cervantes, «Don Quijote».
4. Marco Polo,
«El libro de las maravillas».
5. Jonathan Swift,
«Los viajes de Gulliver».
6. Julio Verne,
«De la Tierra a la Luna»; «Veinte mil leguas de viaje submarino»; «Viaje al centro de la Tierra».
7. «Simbad el marino», en «Las mil y una noches».
8. Joseph
Conrad, «El corazón de las
tinieblas».
9. Julio
Cortázar, «Los autonautas de la cosmopista».
10.
Isak Dinesen, «Memorias de África».
11.
Javier Reverte, «El sueño de África».
12.
Charles Dickens, «Aventuras del Club Pickwick».
13.
Eduardo Mendoza, «Sin noticias de Gurp».
14.
Ray Bradbury, «Crónicas marcianas».
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